El conejo salvaje surge por primera vez como coproducción entre tres compañías con las que se ha establecido una peculiar sinergia en los últimos 8 años, Café de las Artes, Ruth Garreta y Javier Ariza. Se trata pues de un ambicioso salto en cuanto a lo cualitativo y lo cuantitativo, una especie de compromiso con valores artístico y éticos comunes que hacen que el proyecto nazca meramente por el placer de crear a través de las artes escénicas y la comedia, se desarrolle con la experiencia, imaginación y creatividad de cada uno de los miembros y se materialice formando un equipo especialmente diseñado para poner en escena todas las inquietudes con las que nace el proyecto. Es un momento de gran fertilidad creativa que añorábamos hace tiempo y que un fenómeno mundial como el que está aconteciendo es el catalizador de deseos por investigar, inventar y crecer lo que de forma individual no podemos abarcar en algunas ocasiones, bien sea por el estado del sector, la ambivalencia de los profesionales de las artes o por el momento vital de cada creador. Unir para crear, unir para crecer, crear y crecer para llegar más lejos.
Esta oportunidad de coproducir surge de la propia admiración que como creadores sentimos cuando observamos las obras de nuestros socios. El hecho de poder complementarnos y compartir un proyecto en igualdad de condiciones es un reto y un desafío alentado por el amor que sentimos a las artes escénicas y la dedicación vocacional que ha compuesto esta forma de vivir. Tras varias colaboraciones, creaciones, momentos musicales, ayuda y asesoramiento, intercambio profesional, formación…ha llegado el momento de permitirnos el lujo de crear un espectáculo donde converjan toda la energía y recursos. Por eso necesitamos la colaboración de otros profesionales e instituciones, para magnificar este fenómeno y poderlo realizar.
La maquinaria que soporta una coproducción suele sostenerse sobre una base y ambición común. El equipo de trabajo que está resultando es muy óptimo. Además diferentes instituciones culturales están apoyando el proyecto, ofreciendo recursos y financiación. Es un proyecto ambicioso que puede crecer tanto como nuestra ilusión. Se apoya principalmente en los recursos propios de cada creador, las residencias artísticas en La nave del Duende (Cáceres) y el Frac de Fuenlabrada bajo el amparo económico de agentes culturales que han apoyado desinteresadamente nuestra carrera; como el Gobierno de Cantabria, la Fundación Caja de Burgos y la comunidad de Madrid, organismos comprometidos con el arte y la cultura en general pero realmente imprescindibles en nuestros montajes, en nuestro desarrollo como creadores e incluso en la transmisión del compromiso artístico a futuras generaciones, que una vez más serán participes del arte y la cultura como elemento trasformado y cuestionado de la sociedad para un mundo mejor.